Wall Street ha logrado recuperar todo lo perdido desde los mínimos de abril, con el S&P 500 escalando un 18% desde esos niveles críticos. A pesar de que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense cayó un 0,3% en el primer trimestre, otros indicadores económicos sugieren que la expansión aún no se detiene.
Las ventas finales han crecido un 2,5%, y las dirigidas al sector privado interno se aceleraron del 2,9% al 3%. Además, el ingreso personal disponible aumentó un 2,7%, mientras que el gasto del consumidor se mantuvo en un 1,8%, a pesar de la percepción general de un consumidor deprimido.
Resiliencia Económica y Perspectivas
Es notable cómo la economía estadounidense ha mostrado resiliencia a pesar de pronósticos pesimistas. En 2022, se experimentó una recesión técnica, pero no hubo contracciones sostenidas en la actividad o el empleo. A pesar de la caída del PIB, el mercado laboral ha añadido aproximadamente 150,000 nuevos puestos de trabajo mensualmente desde el comienzo del año, superando las expectativas más optimistas.
Las recientes políticas arancelarias de la administración Trump han impulsado un aumento espectacular del 41,3% en las importaciones durante el trimestre, lo que ha generado cierta incertidumbre sobre el futuro. Los aranceles impuestos a China han llevado a una caída en los embarques de ese país, marcando un cambio significativo en el comercio internacional.
Expectativas del Consumidor y Estrategias de Mercado
Aunque el consumidor ha mantenido un gasto positivo, su confianza ha comenzado a disminuir. La desaceleración en el consumo de bienes durables, que cayó un 3,4%, refleja una creciente preocupación sobre la estabilidad económica futura. A medida que los consumidores anticipan aumentos en los precios debido a los aranceles, es probable que la confianza se vea aún más afectada.
El sentimiento del consumidor ha caído a niveles asociados históricamente con recesiones, aunque el gasto sigue siendo positivo. Las expectativas de inflación son un factor clave a considerar, ya que un aumento en los aranceles podría afectar los márgenes de ganancia de las empresas y, por ende, su capacidad de inversión y empleo.
La Bolsa y el Futuro Económico
A pesar de las incertidumbres, Wall Street parece optimista, eliminando el riesgo de recesión de sus precios. Desde que se revaluaron los aranceles, el S&P 500 ha acumulado una racha de nueve ruedas positivas, una tendencia no vista desde 2004. Este rally ha sido impulsado por una combinación de buenos resultados corporativos y la esperanza de que se establezcan acuerdos comerciales que alivien las tensiones actuales.
Los inversores minoristas han jugado un papel crucial en este resurgimiento, inyectando aproximadamente 40,000 millones de dólares en acciones en abril. Sin embargo, la incertidumbre persiste y el enfoque de los inversores está en la expectativa de futuras decisiones de la Reserva Federal en cuanto a la tasa de interés, que podría influir significativamente en la dirección de la economía.
En resumen, aunque la economía estadounidense enfrenta desafíos, los datos actuales sugieren una capacidad de recuperación notable. Los próximos meses serán cruciales para determinar si esta tendencia se mantiene y cómo se adaptarán las empresas y los consumidores a un entorno cambiante.
